Los empresarios están conociendo en estos días los efectos adversos de una de las facetas de Sergio Massa que alguna vez vieron como virtud allá por principios de agosto, cuando llegó al Palacio de Hacienda. La cintura política y el pragmatismo que le reconocían como activos para salir del laberinto político y económico de entonces son ahora características que a veces los desconciertan.